3 de abril 2023. STINTINO Y ALGUERO
Al despertar disfrutamos del increíble lugar donde hemos dormido.. nos recuerda a los Flinch del país vasco, vaya
acantilado y menudas vistas!
Paseamos un poco por la zona y aprovechamos para recoger un mogollón de botellas que habían dejado por el monte algunos guarros, pensando que en el pueblo habría contenedores de vidrio para tirarlas… ja! No nos acordábamos que en Italia recogen la basura en las puertas de las casas y no encontramos contenedores por ningún sitio… así que nos toca ir con el mogollón de botellas entre las piernas un montón de kilómetros hasta que las echamos en un contenedor normal de hotel porque no hay nada más… un desastre!
Decidimos acercarnos a la zona de embarque de la isla de Asinara, para ver si podemos pasar a verla. Es un parque natural en el que se pueden ver flamingos rosas y otros animales salvajes, pero ahora estamos en temporada baja y todavía no cruzan los barcos, así que nuestro gozo en un pozo…
Nos vamos a ver la conocida playa de la Pelosa en Stintino y la verdad que
entendemos la fama que tiene. Es un entrante de mar turquesa y tranquilo,
incluso ahora que el mar está bien bravo, con una hermosa playa de arena
blanca.
Aparcamos en el centro de Alguero y nos vamos directamente a comer a la
Trattoria da Mirko, en el casco viejo. Es un restaurante pequeño, pero con
mucho encanto, donde comemos de maravilla, aunque un poco caro… pulpo y pescado
con salsa de queso pecorino, regados con un vino de la tierra (27€), salimos a
40 euros por barba, pero nos vamos satisfechas porque hemos comido a gusto.
Paseamos por la tranquila ciudad de Alguero (en esta época del año, porque
en verano debe de estar petado). Nos encanta. Tiene el ambiente “decadente” al
estilo italiano que tanto nos gusta, con las casas desportilladas, los cables
eléctricos colgando desordenados y la ropa tendida en las ventanas en toda la
ciudad… Rodea el casco antiguo una muralla que separa el paseo marítimo y una
costa escarpada llena de algas que forman montones enormes arrastrados por el
mar y con los que Hiru disfruta como una enana corriendo y rebuscando en ellos.
Después de un agradable paseo nos tomamos un café y nos vamos en busca del
siguiente destino. Decidimos tirar un poco hacia el norte, al PN de Porto
Conte. Llegamos hasta el Cabo Caccia, que cierra la preciosa Bahía de Conte. El
paisaje es sobrecogedor. En el extremo más septeptrional bajan las escaleras a
la Gruta de Neptuno (a la que también se puede llegar en barco), pero están
cerradas por mala mar (aunque intuimos que es por temporada baja). Así que, a
cambio, nos vamos a ver la Gruta de Broche rotte, que significa vasija rota,
porque encontraron ahí restos romanos, aunque parece ser que ya las habitaban
durante el neolítico… Vaya casita que se buscaron los señores!! Es un lujo de
lugar, en lo alto de uno de los acantilados y con unas vistas absolutamente
increíbles.
De despedida vemos un increíble zorro que está esperando al lado del parque como si esperara que le dieran de comer....
Al bajar decidimos volver hacia Alguero para ir a dormir a un sitio
tranquilo de interior, ya que en la costa hace mucho viento. Dormimos en el
parking del santuario de Santa María de… , súper tranquilas. Hoy no nos
acompaña más que un autillo insistente que no deja de cantar en toda la noche!
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